- EL PATIO DEL DRAGON

Ya me cansé de todo...de Estela María, de Klara, de ella, de ti, de mí, de esta rutinaria vida. Hoy es martes de fuego y me encuentro en "La Cour Du Dragón". La marquesa de Verneuil pasa delante de mío, se detiene y hace una veña, la perra en celo que la acompaña reconoce mi saliva y pierde su aristocrática postura, ladra y mueve frenéticamente su cola, quiere que la posea. Huyo rápidamente mientras la marquesa se toma del estómago y ríe sonoramente. Me encuentro en la "Rue Tabanne #1", un hombre que fue árbol y hoy no es nada yace en el suelo completamente desnudo, mientras un pobre emigrante que lo confunde con Dios se postra ante él, levantando los brazos al cielo y dando gracias por haberle dado la vida. El hombre árbol se enfada y se violenta contra el adorador, una dama de bien y un distinguido caballero lo sujetan para que no mate al emigrante. Yo no digo nada, al fin y al cabo yo no soy nadie: ni árbol, ni dama de bien, ni caballero, ni Dios, ni emigrante. Me parece oír ladrar a la perra entre la risa de su ama y me apresuro a la entrada 3&5 J . Martiny en cuyo portal se encuentra una hermosa mujer decapitada, que al sentir mi presencia me pide con sus manos que me acerque y que la bese. Los nervios me traicionan y pregunto dónde está la "Boutique Alour". No me responde y se vira ligeramente dejándome ver su sexo horrorosamente mutilado por los besos apasionados de los transeúntes que van camino a la Alour. Diviso el fuego en la entrada del Patio del Dragón y corro hacia allá. Una hermosa dama con vestidos largos abre la puerta y me invita a pasar a un gran salón de tumbados sumamente altos y puertas de madera negra, traída de la amazonía. Una gran lámpara con la arrogancia de un murciélago gigante cuelga del tumbado. Tres grabados gigantes de Max Ernst adornan las paredes. De pronto veo a los extraños seres que abarrotan la habitación, todos ellos con sus alas plegadas y sus manos en posición de oración, ríen con muchas ganas, seguramente de mí. Luego este irritante silencio.
En una esquina reconozco a Manuela con sus alas plegadas en punta hacia arriba, grito su nombre. Soy yo Carlos, el de Albinoni. Me mira y camina hacia mí. Un ángel rubio de uno de los grabados con traje de romano se desprende bruscamente del dibujo y cae sobre ella. Es violada y ultrajada delante de mis ojos con tanta violencia que el ángel queda agotado y tiene que ser ayudado para volver a tomar posición que le corresponde en el grabado. La recogió entre mis brazos y la recuesto en una hermosa banca ubicada bajo un lirio. Un pequeño dragón dorado se ubica a sus pies para proteger su sueño y su sexo. Está muerta...realmente muerta, asesinada por violación en "La Cour Du Dragon". Los seres ahí presentes me acusan de la muerte, un hombre con cabeza de pájaro me invita a retirarme, me inclino ligeramente y salgo de la habitación. El hombre pájaro cierra la puerta tras de mí. En las gradas casi piso una culebra.
Yo soy el asesino de Manuela de "Le Feu" en una galería parisina que no existe. Yo soy Vario Avito Basiano victimario de mujeres, asesino de Miss Cavell, el total extrañamiento del todo. Jajajajajajajajajajaja.
Hoy es de jueves negro y me despierto con la risa del gallo. El aburrimiento ha llegado a niveles insoportables, al mismo nivel que la felicidad, soy un ser completamente feliz, qué asco. Me miro largamente en el espejo y decido suicidarme. Apunto a mi nariz y disparo cinco tiros, el espejo se rompe en mil pedazos, he provocado un aborto múltiple. Sigo insoportablemente vivo. Me cansé de París y regreso a Quito a tomar té de frutas y un quishe loraine en el Mai Tai. No me queda más que hacer y decido volver a "La Cour Du Dragon" a matar nuevamente a Manuela.
Ingreso a la galería y el ángel romano se abalanza contra mí, caigo al suelo y él pesadamente encima mío. Me asesina con su pequeña espada de oro. Al mirar sus ojos lo reconozco, sí...es mi ángel de la guardia. Finalmente estoy muerto en El Patio Del Dragón. Vaya...vaya, mi cerebro es un desierto absoluto. Un coro de arcángeles me reciben cantando: "Vindicta...vindicta...bendita...vindicta". Vaya...vaya qué cosa.